jueves, 22 de septiembre de 2011

Archivo 45: "La Misericordia Florece en las Tumbas" (C.S)





El grupo de escaneo compuesto por Leon, Felipe, Cristian, Xavier y Victor avanzaban rumbo al aeródromo en aquel momento, Matias dormia en su inconciensia e ignorancia… en un sueño reparador… Mika, Ines, Peter y Tito acarreaban las camas para la “enfermeria”… mientras Andrea y Claudia limpiaban y el pequeño Armando se afanaba con una escoba… Melisa sujetaba su rifle y atisbaba desde lo alto de la azotea en busca de cualquier cosa anormal y rezando para que nada malo les sucediera a los que recien habian salido… El grupo de Honney, Ismael y compañía… se encontraban cruzando las desiertas calles viñamarinas con delicadeza y tensión… Juan Jose Molina y sus compañeros observaban el inicio de un valle que los conduciria por fin a su último destino… Allyson por su parte se apoyaba en el marco de una ventana mientras sus pensamientos iban y venian por y para sus amados amigos… Los equipos Gamma y Delta; despegaban de su base en pos de cumplir las ordenes del Dr. Quiroga… Y por otra parte los muertos seguian en sus asuntos… comiendo, engordando y repartiendo su ponzoña y pobredumbre a aquel que no fuera igual que ellos…

Lejos de todos ellos en distancia, mas no en pensamiento, una muchacha yacia inmovil en el suelo…Cuatro días y Cuatro Noches… Casi Cien Horas… llevaba en aquel susucho infecto que era su “celda”… Cuatro días soportando los interrogatorios… Cuatro días soportando los golpes y el rocio que sus carceleros vertian como puercos arrogantes tras vejarla…

Abandonada por el espiritu compasivo y picaron de su amigo Kamilo… Se hayaba en el suelo, fatigada… incapaz de moverse… nisiquiera para trepar hasta la cama… Sergio no se encontraba alli, llevaba días delirando entre los espasmos de la fiebre… dos días seguidos de interrogatorio le habian valido dos dedos al temerario muchacho… desgraciadamente para el, la fiebre lo asalto y no lo dejo tranquilo… los mismos que aprovechaban los descuidos de sus superiores para violarla, fueron los que lo trasladaron a otro lugar para tratar la infección de los muñones de su mano…

Los ojos de la muchacha estaban entreabiertos y la mirada perdida… reconocia los nombres de algunos de ellos ya… Ignacio, Miguel, Hugo… Los vastagos rastreros que se abalanzaban sobre ella babeando cada vez que podian… Alan, era el jefe máximo… ella nunca le había visto la cara, pero sabia por el tono de voces de los que trataban con él, que el tipo era peligroso… las voces se endulzaban asustadas al dirigirse a “Don Alan”… Tambien había una voz femenina, fria y cruel… ¿Cómo se llamaba?... A claro… ¡Sofia!... Era una alimaña, era una arrastrada… Era una…

“Morire aquí… Lenta y penosamente”- susurro la muchacha en un hilo de voz…

Sus oidos aguzados percibieron movimiento en el pasillo, en frente de la puerta de su habitación… y lograba escuchar las voces de sus verdugos… parecian estarse preparando para una nueva sesión de entretenimiento sadico…

Deremys rodo suavemente intentando refugiarse bajo el camastro infructuosamente, volviendose quedo de cara a la puerta… En el umbral, se recortaban las formas de Miguel y de Hugo… la contemplaban espectantes, estuvieron un par de minutos con las vistas fijas… guerreando los dos contra ella, sabiendo que luego tendrian que luchar contra la voluntad de la muchacha para lograr doblegarla unos escasos minutos y robar de ella su autosatisfacción…

De un paso en otro, ambos se acercaron meneandose con un trote de patetico macho dominante… con un pie, Hugo cerro la puerta para no ser molestados… Casi al unisono, como poseidos por un escalofriante sentido del saber lo que el otro haría… se lanzaron sobre ella y procedieron a quitarle las ya destrozadas ropas que aun llevaba adheridas al cuerpo magullado… ellos ya adquiriendo el habito la golpearon un par de veces para que no se moviera… a pesar de que la muchacha estaba debil para retorcerse asqueada como las primeras veces…

En ese preciso momento, la puerta se abrio de un golpe… y un enorme muchacho entro en la habitación… durante un par de segundos se mantuvo en la puerta observando la situación… Los perpetradores y la victima tambien alzanzaron a observarlo antes que este se abalanzara contra ellos en un relampago de cabellos rubios… de un papirote lanzo a Miguel contra la puerta… Hugo cayo de boca al suelo y el recien llegado se sento sobre la espalda de el inmovilizandolo…

“¡Que diablos se supone que hacen imbeciles asquerosos!… ¡Hueones repugnantes!”- ladro el joven furioso…

“¡Ay!... ¡Ayayay Oliver!... ¡Sueltame que me romperas el brazo!”- chillo Hugo lloriqueando…

“¿Qué mierda pensaban hacerle a esta muchacha?... ¡Sera una prisionera pero se merece respeto!”

“¡Respeto mis Huevos!”- rebatio Miguel levantandose… “¡Es una asesina o a colaborado con asesino que mataron a amigos nuestros!... ¡Se merece un castigo!”

“¡Tu no eres quien para elegir quien es castigado o no!... ¡Ustedes dos se merecen un castigo igual por ser dos cerdos inmundos!... ¡Se van de aca y no vuelvan!... ¡Me encargare de que les cambien los guardias a esta muchacha!”- bramo Oliver soltando el brazo de Hugo y levantandose… “¡Que no los vuelva a ver por aca ni saber que le tocaron un pelo a esta muchacha!... ¿Me escucharon?”

Hugo se arrastro penosamente como una basofia rastrera y se levanto apoyandose en su amigo y en el marco de la puerta…

“Te crees muy chorito porque eres de los más cercanos a Don Alan”- gruño Miguel… “¡Pero ya veremos como son las cosas!”

Oliver apoyo la mano en su cartuchera y quito el broche de la misma… con voz suave y fria le respondio desafiante:

“No necesito a Alan para que me defienda… Si quieres peleamos de inmediato, aunque me temo por ti que el resultado sera el mismo”

Ambos hombres le lanzaron una mirada asesina y se esfumaron por el pasillo cerrando la puerta de un portazo… pretendian dejar a Oliver encerrado en el lugar, pero no se dieron cuenta que el muchacho aun sostenia entre sus dedos la llave de la celda…

Una vez que las zancadas de ambos se perdieron en la lejania… Oliver se inclino sobre la muchacha y la toco… ella a pesar de haber visto entera la situación reciente, se quejo y se meneo para impedir que este la pudiera sobar inadecuadamente…

“Relajate… No te hare nada”- susurro el muchacho conciliador… “Me llamo Oliver Rojas… era bombero antiguamente… Y ahora aparte hago de ayudante del Doctor Donoso… Como paramedico que fui… O por lo menos conocimientos tenia… Jeje… ¿Cómo te llamas?”

Deremys no contesto a la pregunta y lo contemplo muda y con los ojos cansados y afiebrados…

“¿Ellos te hicieron todas estas heridas?... ¡Hijos de Puta!... ¡Se enteraran cuando hable con Don Alan!... Se que tambien te hicieron daño en el interrogatorio… Espero que no mucho… Pero puedes relajarte, ya estas a salvo aquí conmigo”

El bombero la levanto en sus brazos musculosos y la deposito con delicadeza sobre la cama, luego le palpo los brazos y las rodillas, le reviso la cabeza, el vientre y la giro un poco y le reviso la espalda... Luego con paciencia y labor de misionero… le fue limpiando las heridas y vendandoselas… hasta que la muchacha estuvo remendada por las partes visibles…

“Muchachita… Me imagino que tambien te hirieron en otras partes del cuerpo… Y… que ya te habian hecho esto los días anteriores… ¿O no?”

Ella asintio debilmente con la cabeza y no se movio… Oliver apreto los puños y maldijo en voz alta…

“Me encargare de que los castiguen… No pueden quedar las cosas asi… Por ahora relajate muchacha que estas en buenas manos”- anuncio él turbado…

Oliver se levanto y le dejo el botiquin a un lado, pretendia que de esta forma la ella se pudiera sanar las heridas que por pudor quiza no había mostrado… aun asi, el tomo las tijeras del botiquin y se las guardo en el bolsillo, se imaginaba que aun con todos los tratamientos médicos y botiquines del mundo la llaga psicologica no se curaria en lo más mínimo… Aprovecho de salir de la habitación, luego salio del departamento que ocupaban de prisión… dudo un momento en la puerta, por temor a que los malandrines volvieran denuevo y descargaran su ira contra la muchacha; tras dudar un momento hecho a caminar por el pasillo… bajo tres tramos de escaleras trotando y paso por el pasillo, por apurarse no alcanzo a reaccionar y choco contra alguien de improviso, trastabillando saludo y pidio disculpas a la otra persona…

“Disculpa Klaus… No sabía que habias salido a caminar ya”

“Si, el doctor me dijo que caminara para recuperarme de los golpes… Soy viejo pero no estoy acabado muchacho”

“Eres bastante fuerte, estabas bastante hecho polvo cuando te sacamos del supermercado”

“Más respeto con tus mayores muchacho”- rio el viejo.

“¡Klaus!... ¡Hasme un favor!... Sube a cuidar a la muchacha prisionera, no dejes que nadie entre sin mi autorización o sin la autorización de Alan”

“¿Qué es lo que ocurre?”

“Es un cuento largo… de ahí te explico… Esta tres pisos más arriba en el Departamento 2005”- y dejando esas palabras en el aire, el muchacho se despidio y siguio moviendose como sombra de relampago por el pasillo… Oliver troto hacía un departamento y toco…

A los minutos, una muchacha de lentes se asomo… le hecho una mirada bastante significativa y bufo con una voz un poquitin chillona:

“¿Qué quieres Oliver?”

“¡Estefi!... Necesito pedirte un favor… ¿Podrias prestarme algo de ropa?”

Estefi Ulzurrum alzo una ceja y perfilo una sonrisa en su rostro blanco…

“No sabia que tenias esos gustos… Siempre pense que eras bien macho”

Oliver solto una carcajada y se tapo la boca con la mano, como siempre hacía cuando se reia… luego, recordando se presteza en conseguir los objetos deseados… y el porque los necesita, repitio:

“Prestame algo de ropa… Es para la prisionera… Sus ropas estan destrozadas”

Estefi se mordio el labio, luego apartandose de la puerta lo invito a entrar…

“Después creo que ire a verla… Ni siquiera los he visto a los dos que tomaron prisioneros”- anuncio mientras entraba a su habitación y buscaba los ropajes requeridos… “Espero que la esten tratando bien”

“No tienes ni idea”- gruño Oliver cruzandose de brazos incomodo…



Deremys volvio a ver a Oliver durante los siguientes tres días… el muchacho le trajo ropa nueva, y alejo a los que la asediaban… Los jefes de él, no llamaron a interrogatorio a la muchacha, Sofia penso que si Oliver se ganaba a la chiquilla podria extraerle más información que la que ellos le sacarian a golpes… Con el muchacho las cosas se habian complicado pero saldrian adelante… mejor tenerlos separados y asi no podrian comunicarse de algun posible plan de rebelión… Oliver tambien mantuvo alejado a los acosadores… le comunico a Alan las transgresiones cometidas por Hugo y Miguel… pero Alan lo escucho por cortesia y no se pronuncio sobre el tema… Lo último que le consiguio a la muchacha fue el poder darse un baño caliente…

Todo esto era eclipsado por el mutismo cuasi catatonico de la chiquilla, quien en esos tres días no había dirigido ni una palabra… El otro muchacho ya había salido de su fiebre y se estaba recuperando, Alan pretendia que este recobrara sus fuerzas completamente e iniciar una tortura más lenta y dolorosa, de esa forma soltaria la información, si la muchacha no se confesaba antes con Oliver…

Cuando se cumplia el octavo día de cautiverio de Sergio y Deremys… Oliver entro muy tarde a la habitación, la chica se encogio aterrada por la sorpresa, pero se relajo al reconocer a su benevolo carcelero, Rojas se acerco con un par de zapatillas bajo el brazo… se sento en la cama y la contemplo en la oscuridad… luego, suspirando le dijo:

“Te llevare a ver a tu amigo… Pero solo si prometes no escaparte… Si lo haces, no podre protegerte y hay guardias armados”- susurro en la penumbra…

Deremys le respondio afirmativamente con un movimiento de cabeza y recibio las zapatillas de el… levantandose, camino frente a el y paso la puerta por primera vez sin estar vendada… Como era ya noche cerrada todos dormian excepto la guardia… Oliver se había encargado de dejar a las dos muchachas de confianza y de buen corazón haciendo la guardia… Los guardias eran Estefi y Damaritsa en aquellos altos pisos y en las plantas inferiores se encontraban otras dos parejas vigilando y velando el sueño de sus compañeros… Se mantenian juntos espantando los malos espiritus con conversaciones o interminables juegos de cartas, en espera del relevo de guardia… todo por no ser victimas del silencio total cargado de supersticiones, muchos decian que por el edificio vagaban las almas en pena… Esto se debia a la presencia languida y silenciosa, del enorme cementerio hacía el lado sur del edificio… aquel recinto, se mantenia en altura y parecia respirar, acechar, esperar y prepararse para saltar sobre ellos…

La muchacha no hizo ni un movimiento brusco… sabía que aunque lograba sobrepasar a cada uno de los guardis y llegar a la calle… era imposible que lograra llegar sana y salva al edificio donde estaban sus amigos… no en aquella total oscuridad y sin armas ni vehiculo… De forma que se deslizo majestuosa y obediente hasta que alcanzaron las escaleras y fueron bajando tramo por tramo… la muchacha conto unos ocho tramos de escalera… no sabia si había bajado cuatro u ocho pisos… cuando la linterna de Oliver oscilo e ilumino una puerta camuflada en la penumbra…

“Por aquí”- murmuro él haciendola pasar…

Desembocaron en un pasillo que parecia una garganta honda sin fondo… pura oscuridad… guiandose por el circulo de tenue luz amarillenta que el ex – bombero, proyecta por sobre su hombro… la muchacha llego al final del pasillo… se detuvo frente a la puerta… y golpeo suavemente… Al minuto la puerta se abrio con suavidad y un hombre de espeso bigote gris se asomo y contemplo a Oliver y luego a la muchacha… quitandose de en medio les dejo ingresar al “departamente enfermeria” y en voz bajo le murmuro al oido a Oliver:

“Que sea breve Rojas… Si nos pillan podemos meternos en serios lios”

“Relajese Doc… Esta todo asegurado”- aseguro Oliver mientras veia a Deremys avanzar hasta la cama de su amigo y dejarlos a ellos atrás…

“Eso espero”- respondio el Doctor Donoso cerrando la puerta tras de si…

“Pierda cuidado… en un par de minutos Estefi y Damari bajaran a conocer a estos muchachos… Creo que la curiosidad mato al gato”

“Con tal que no nos mate a nosotros la famosa curiosidad”- gruño el anciano doctor…

“Me llamo Deremys”- tercio una voz que para Oliver era desconocida…

Tanto el doctor, como el, se volvieron y contemplaron a la muchacha parada a un lado de la cama, en la cual estaba su amigo amarrado fuertemente… A la pobre se le veia sumamente tranquila… aunque las lagrimas resbalaban mientras sujetaba la mano vendada de su camarada…

“¿Hablaste?”- pregunto Oliver sorprendido…

“Si, no soy muda… simplemente no tenia nada que decir”

Oliver se quedo quieto esperando que la muchacha dijera alguna otra palabra, pero como no lo hizo, se imagino que ella no tenia nada que decir… contemplo con ella le susurraba a su amigo que aun no despertaba… se encontraba potentemente sedado y solo abriria los ojos al otro día…

Interiormente Dere estaba angustiada, a pesar de todos los problemas, nunca había visto a Sergio tan desvalido y tan abandonado de la suerte… lo peor de todo era que no había oportunidad de enprender un escape… ella aun estaba resentida fisicamente del cansador viaje hasta Quilpue, de las brutales golpizas, de las feroces violaciones… no tenia muchas fuerzas para escapar… pero ahora Sergio la retenia alli, aun si recobraba las fuerzas… el no tendria tanta energia como para poder correr, esconderse y moverse en busca de la salvación… ella no entendia tampoco como era que Matias, Felipe, Mika, Melisa, Victor y los demas no los habian ido a buscar… se sentia abandonada de todo…

Los golpes en la puerta la hicieron dar un brinco… Oliver estiro el brazo hacía ella indicandole silencio (lo cual no era necesario ya que ella no hablaba casi nada); y con señas le dio a entender que se escondiera tras las otras camas… Pero entonces, el rubicundo Dr. Ivan Donoso observo a travez de la mirilla en el centro de la puerta y les explicó:

“Son Estefi y Damaritsa”

“Abrales nomas”- sentencio Oliver en voz baja…

El viejo acato la orden del joven muchacho y abrio la puerta en su totalidad dejando pasar a ambas muchachas quienes saludaron con vocesita baja a Oliver y al médico… dispuestas a conocer a los famosos prisioneros por los que se supone que se haría justicia… pero ambas se quedaron boquiabiertas al contemplar a Deremys y a Sergio… ella de pie con el asombro dibujado en su rostro palido y magullado, el otro durmiendo en el final de un sueño febril…

Ambas muchachas corrieron a abrazar llorando a la “prisionera”, y ella les respondio con la misma carta ante el rostro estupefacto de Oliver…

“No puedo creer que la conoscan”- murmuro.

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