lunes, 13 de junio de 2011

Archivo 34: "Golpe de Estado" (P.I)





Anibal Olguin esperaba sentado en la habitación que compartia con Ismael, esta tenia una ventana que daba hacia la entrada del condominio ubicada cuatro casas más alla… Ellos, vivian justo en una de las casas más al fondo del condominio ubicado en calle San Martin… Este condominio quedaba cuadras del hospital y bien ubicado entre dos calles muy transitadas, justo al frente, había un segundo condominio identico… En torno a los cincuenta metros próximos al lugar, había multiples barricadas y el sector estaba acordonado, poseian a cada lado de la calle unas precarias “Salas de Guardia”; construidas para los vigias de veinticuatro horas, con relevos cada tres horas, tenian formas de entrar obviamente custodiadas por aquellos guardias armados… Ambos Condominios, eran ahora ocupados por un grupo de unas cincuenta personas, treinta y tantas de ellas vivian en su condominio, el resto residian en las casa del condominio de enfrente…

La mayoria de las casas estaban ocupadas por personas con parentescos, ya fueran familiares, amigos, conocidos… etc… El único que había escapado a esa regla era “El Alcalde”, ya que el usaba una casa para el, y para su “Alcaldesa”…

En general los sobrevivientes estaban armados con objetos de sus propias casas o improvisados, cosa de acabar con algun zombie que los atacara sin necesidad de hacer ruido, aun asi, abundaban los rifles y pistolas adquiridas en un saqueo a la comisaria de policia y a los pocos campamentos policiales que la infección había arrasado, cada miembro mayor de diesiseis años tenia derecho a un arma de fuego, pero en general eso iba a juicio de las familias y de los propios sobrevivientes…

Muchos de los grupos habian regresado, Los últimos en llegar habian sido los del grupo del alcalde, pero aun no regresaban Ismael, Morrigan y Pedro… Estaba preocupado, Mariela tambien, su intuición femenina le advertia que algo malo se cernia sobre ellos, Anibal, apreto sus dedos en la cacha de la pistola y los hizo bailar un momento sobre ella…

Miro hacía atrás, Mariela dormia sobre la cama de Ismael abrazada con su pequeño, llevaban tiempo esperando alli, habian llegado a la conclusión de que si a cierta hora no llegaban, saldrian a buscarlos… Aun asi aun quedaba casi hora y media para el tope del tiempo… A veces, sentia que ellos dos: Mariela y El, eran el sentido comun del grupo… Morrigan, inteligente, y dura… era sumamente apasionada… Y cuando desidia hacer algo, aunque era calculadora, a veces la traicionaba su exceso de pasión… Pedro, por su parte era calmado y los seguia hasta el fin del mundo si era necesario… Ismael, desde que había llegado, se había sentido sumamente confiado, aun asi, el le había contado lo que había ocurrido y las nuevas habilidades que poseia, obviamente al principio el no le había creido…



“¿Adonde vamos Ismael?”- pregunto un día el, en que ambos estaban sentados en la guardia jugando a las cartas y su amigo se había levantado de improviso y le había pedido que lo siguiera… “Sabes que no podemos dejar la guardia sola, habran problemas”

Era la noche, les habían designado el peor turno: Dos, a Cinco de la Mañana… estaba fresco, siguio a su amigo con la linterna a pilas en la mano…

“No te preocupes, no vendran hasta en dos horas más, cuando toque el cambio de turno”- lo tranquilizo Ismael… “Vamos a salir un rato”

El muchacho creyo haber oido mal…

“¿A salir?... ¿Estas loco?... ¡Es peligrosisimo salir a esta hora y en un día sin luna como hoy!”

“Relajate… Te conte de mis habilidades nuevas el otro día… Confia en mi”

“Bro”- mascullo el, esa era la forma en que el llamaba a sus amigos más entrañables… “Se que has pasado por cosas horribles para llegar aquí… Pero no puedes hacer ninguna de las cosas que me dijiste”

“Ya vas a ver”

Ismael largo un salto sobre los vehiculos, y agilmente se movio sobre ellos hasta llegar a la barricada mayor, la trepo como un simio y salto al otro lado… Anibal levanto una ceja al ver como su amigo lo miraba con una sonrisa al otro lado de la barricada entre la oscuridad de las calles… Suspirando contrariado, trepo por su parte, por sobre los automoviles y paso por sobre la barricada… luego salto y cayo agachado al otro lado, a un lado de su amigo…

“Apuremonos eso si entonces”- murmuro él…

“Esta bien, ¡Sigueme!”- le respondio su amigo…

Ismael hecho a trotar calle abajo, Anibal saco la pistola de la cartuchera, y lo siguio apesadumbrado, tras haber trotado un par de cuadras desiertas, llegaron al lugar que la gente del condominio conocia como “El Paso”, lugar donde empezaban a pulular las mayorias de muertos, aun de vez en cuando, alguno que otro monstruo se aventuraba hacia las barricadas, era rapidamente ajusticiado de algun hachazo, cuchillazo o golpe parecido… nunca disparos, a menos que fueran sumamente necesarios, solo en un par de ocasiones, cuando algunas hordas se desviaron y los atacaron de improviso, tuvieron que hechar mano a las armas de fuego para acabarlos, luego un grupo tuvo que salir a efectuar disparos a muchas cuadras más alla, un poco después de “El Paso”, de esta forma los monstruos que estuvieran siguiendo el origen de los disparos que los llevarian a los condominios, se desviarian y se dirigirian al otro lugar…

A metros del paso, Ismael se detuvo, poniendose en cuclillas observo a los conocidos zombies que vagaban sin nada en que ocuparse…

“Escuchame Anibal”- susurro Ismael mirando a los monstruos… “Quiero que te quedes aquí, pase lo que pase, y que te vayas o me ayudes solo si te lo pido… ¡Solo si te lo pido!”

“¿Qué vas a hacer?”

“Solo observa y confia en mi”
Ismael se levanto y dejo en el suelo la ballesta, luego sigilosamente camino hacía el encuentro de los monstruos, se desvio a la derecha y cruzo la calle, luego, mientras Anibal se decia que todo esto era una locura, se acerco a una señal del transito y se agarro de ella, luego, cerrando aun más las manos sobre el metal de la señaletica, tiro con fuerza…

Anibal lanzo un grito de asombro, se froto los ojos con las palmas de las manos y contemplo estupefacto la escena que se le ponia en frente, Ismael, su amigo, su Bro, había arrancado de cuajo la señaletica y la alzaba con una sola mano como si fuera de papel, luego con un diestro molinete molinete avanzo y golpeo a un zombie… el monstruos despego y planeo unos veinte metros, asi, Ismael fue golpeando a varios, luego se aburrio y les lanzo el objeto encima como si fueran palitroques…

Una vez que hubo terminado se dirijio calmadamente hasta donde lo esperaba su amigo estupefacto…

“¿Ahora me crees?”



Anibal desperto, una mano le remecia el hombro, un susurro bajito repetia su nombre… estaba oscuro, Anibal no podia creer que se hubiera quedado dormido a la espera, la mano de Mariela lo remecio nuevamente en la oscuridad…

“¡Anibal apurate que tenemos problemas!”

El muchacho se levanto mareado, desenfundo su pistola y camino tambaleandose a la puerta, Mariela lo siguio rapidamente poniendose su chaqueta, encima…

“¡Anibal espera!... ¡No nos invaden ni nada!... ¡Lautaro ha llamado a una reunion urgente porque los chicos no han llegado!”

“Ya lo se Mariela, lo se, por eso saco el arma, esto se va a poner feo, te lo aseguro… Deja al Jano aquí dentro”



“¡Me veo en el desafortunado deber de comunicarles!”- anuncio El Alcalde en voz alta y sentida… “¡La perdida de tres de nuestros más entrañables y especiales compañeros!”

“¿Pero como estas seguro que los perdimos?”- pregunto una voz entre los reunidos… “¡Aun pueden volver!”

“¡Esa es mi más gran esperanza!”- anuncio Lautaro con voz teatral… “¡Pero hemos encontrado sus bicicletas a cuadras de aquí y señales de lucha!... ¡Decidi hablarlo primero con mi polola, ya que ella era amiga de esos tres grandes que perdimos!”

Entre los reunidos hubo muchos murmullos y sonidos de incredulidad y pesar…

“¡Quiza no me lleve bien con ellos!... ¡Con Morrigan, Pedro e Ismael!... ¡Pero aun asi!... ¡¡Eran parte importante de esta comunidad!!- grito Lautaro…

“¡De todas formas organizare una expedición en la mañana para poder salir a buscarlos!... ¡Por último recuperar los cuerpos de nuestros queridos compañeros!”

“¡¡Como puedes estar tan seguro de que murieron!!”- pregunto de nuevo una voz

“Ya les explique compañeros que…”

“¡A mi no me valen tus explicaciones!”- anuncio la voz acercandose al lugar en el que el Alcalde estaba dando su explicación…

“Tranquilisence todos”- hablo apaciguadoramente el Alcalde… “Entiendo su dolor pero por ahora salir a buscarlos seria un suicidio”

“Pues entonces ire solo”- respondio la voz saliendo de entre la muchadumbre, pistola en mano… “¡Puede que aquí todos sean lo suficientemente imbeciles para fiarse de tus palabras!... ¡Pero yo no confio en ti Lautaro!”

“Anibal”- murmuro Lautaro… “¿Qué insinuas?”

“De partida, que eres un maricón y un traicionero, ademas de un asesino”

Lautaro apreto los dientes encolerizado, pero no intervino mientras Anibal proseguia:

“Resulta que te quedas callado por horas esperando que oscuresca, cuando podrias haber mandado a alguien a buscarlos de inmediato… ¡Los das por muertos!... Me huele que algo tienes que ver con todo esto”

Lautaro levanto su rifle amenazante, pero sin apuntar al muchacho…

“¡Entonces ve!... ¡Nadie te lo impide!... ¡Pero si necesitas ayuda por tu falta de prudencia no grites por nosotros!”

“¡Lautaro!”- bramo Anibal furioso… “¡Si descubro que tienes algo que ver con esto!... ¡Te juro por mis amigos que te matare!”- tras pronunciar esto, paso a empujones entre las personas que lo increpaban por su actitud, y dejando al frente, a un jefe completamente furioso hechando chispas por los ojos…

“Te pasaste”- susurro Mariela, cuando el muchacho paso por su lado enfundando la pistola…

“He hecho enojar adrede a ese maricon… Tenemos que estar preparados, porque algo intentara y esa es la idea, desenmascararlo”

“Tengo las armas listas… pero somos solamente dos Anibal… ¿Qué podemos hacer?”

“Esperar… La ayuda llega de las maneras más extrañas y menos comprensibles”


Disparos… Disparos… Eso fue lo que puso alerta a Lautaro, había estado abrazado a Allyson, consolandola por la muerte de sus amigos, por lo que aun seguia despierto, a pesar que hace unos cuantos minutos tambien había caido dormida… Aun estaba tenso por la amenaza de Anibal y sus sospechas, la idea de sacarlo del medio tambien le rondaba la mente, de forma que cuando oyo los disparos alejados, no pudo evitar pensar, que la amenaza de Anibal se había concretado… poniendose las zapatillas al vuelo, saco su rifle, justo cuando empezo a sonar la campana de alarma… Bajo las escaleras corriendo y se precipito por la puerta de calle…

“¡Enemigos!... ¡Enemigos!... ¡Podridos en la cerca Derecha!”- gritaba por megafono uno de los guardias… mientras, de las casa de alrededor salian los tipos con sus armas, a medio vestir, dispuestos a defenderse… De inmediato Lautaro empezo a gritar ordenes, mientras Allyson salia tambien con un rifle, Lautaro se volvio:

“¡Allyson quedate aquí y junta a los viejos, niños y personas impedidas de luchar… Envia a todos los demas que esten armados y en condiciones al muro derecho!”

Lautaro salio a la cabeza del grupo, y enfilo hacia la derecha, los guardia repelian a disparos a los monstruos asaltantes, eran bastantes, pero, no muchos, no podrian en contra de todos los que irian a defender, aun asi, muchos ya trepaban por encima de la barricada de autos, e iban cayendo abatidos por los guardias, El Alcalde calculo a ojo rápido a unos ciento cincuenta ejemplares que los atacaban…

Ordeno de inmediato que fueran abatiendolos con delicadeza… Los guardias de la cerca izquierda tambien arribaron a la ayuda, y fueron de a poco disparando… mientras Lautaro mandaba a sus subordinados y acababa con los atacantes… Cuando los zombies hubieron pasado por sobre los autos, Lautaro ordeno salir a todos para defender la última barricada…

Alli, ladro a Freddy que conectara “La Barrida”, mientras los demas los cubrian…

“¡Retirense!”- grito Lautaro… “¡Retirense para la Barrida!”

De a poco los hombres se replegaron, y entonces, Lautaro junto a Hormazabal y a Freddy… Rociaron a los zombies con un chorro de agua a presión que salia de un grifo de incendios, al que acababan de conectar una manguera… Tras la barrida… fueron rematando a los zombies que se levantaban de golpes y disparos…

Tras una hora de batalla Lautaro se sentia como un general condecorado… No había perdido a ni un solo hombre, ninguno había sido mordido, no habian sufrido daños serios en las barricadas externas y habian gastado pocas municiones…

“¡Asi me gusta muchachos!”- anuncio cansado Lautaro… “¡Volvamos adentro!”

El Jefe designo un grupo de guardia y limpieza de diez de sus subordinados… y partio hacia el interior del recinto… encontro los animos revueltos y a la gente muy asustada, pero los exhorto a no tener miedo, luego busco a su novia con la mirada…

“Donde… ¿Esta la Allyson?”

“Entro a la casa hace poco… Al parecer tenia sueño”- sugirio una señora remilgada que esperaba a su marido…

De forma que Lautaro, cansado camino hasta la puerta de su casa, saludando y tranquilizando a todos los que alli, hasta que alcanzo la puerta y entro en la estancia oscura y sostuvo el rifle a un lado, no le quedaba ni una sola bala, suspirando cansado avanzo hacia las escaleras… a pesar de su cansancio… la sola idea de unas buenas horas de sexo no le hacian mella a su animo… Al terminar de subir la escalera, le parecio ver una sombra escabullirse por detrás de el… Asustado movio la cabeza y observo con cautela…

“Los nervios me estan jugando una mala pasada”

Susurrando unas palabras de cariño… empujo la puerta de la habitación… miro el interior y se extraño… durante un par de segundos vio a Allyson sentada en la cama… con una expresión de desconcierto, enojo y de terror y a su lado sentados: Anibal y Mariela…

“¿Pero que?”

En ese instante, una figura se abalanzo sobre el desde la izquierda… Alzo de inmediato el rifle y lanzo un golpe a la figura, pero entonces el atacante atrapo el arma y se lo arrebato con una fuerza irresistible… levantandolo, lo dejo caer sobre su propia rodilla partiendolo en dos pedazos, luego lanzo los pedazos a un lado y lo confronto… Aterrado, Lautaro se volvio e intento huir… Pero encontro que cerrandole el paso, y frente a el… se erguia la enorme y siniestra figura de un gigante encapuchado,Un enorme demonio, con una guadaña en su mano derecha… Antes que el alcanzara a lanzar un grito… una mano le tapo la boca y lo sujeto fuertemente… Se intento safar… pero entonces otra figura avanzo… desgreñada y cubierta de sangre ajena, su boca se abrio en una sonrisa de triunfo cuando lo observo…

“¿Qué ocurre Lautaro?... Parece como si hubieras visto a unos fantasmas”- anuncio Morrigan Doyne avanzando hasta el… acto seguido, Lautaro sintio que el agarre se soltaba, pero antes de que pudiera reaccionar… Morrigan le lanzo un puñetazo en el rostro y los sentidos del Alcalde se apagaron en la niebla de la inconsiencia

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